top of page
Buscar
  • Diego Piñeiro

Nuevos Descubrimientos

Hacer cerveza en casa siempre fue una de las cosas que quise aprender. Tenía un par de amigos que ya me habían invitado a un homebrew, pero siempre decliné la invitación por falta de tiempo y también el miedo a las grandes inversiones. Como cocinero, veía fotos de micro cervecerías, todo era de acero inoxidable y pensaba cuánto costará todo eso, así que siempre dije ‘’paso’’.


Pasaron varios años y en el tiempo de cuarentena (gracias COVID...) vi unos kits super cómodos para empezar. Arranqué por investigar qué más podría hacerme falta y me las presté de un buen amigo cervecero… (vaya sorpresa, el kit venía súper incompleto). Así me aventuré en este fantástico mundo del cervecero.


Mi primer brew fue muy gratificante (no por la chela), sentí que había logrado algo que siempre había querido hacer. Fue una IPA, hecha con la receta de un amigo que por video llamada me fue guiando. El resultado, pésimo para ser sincero, pero a mí en ese momento me supo a gloria. Son de esas cervezas que te gustaría poder hacer de nuevo, pero que para repetirla tendrías que ser muy descuidado y tratar de olvidar todo lo que sabes (hasta tu nombre).


Poco a poco, brew tras brew, fui perdiéndole un poco el miedo a la inversión y comenzando con lo que verdaderamente necesitaba y era esencial tener a la mano. Y fue en este punto que mi cerveza comenzó a mejorar (tampoco es que podía empeorar más), no solo por las pequeñas inversiones que hacía mes a mes, sino por el interés que día a día mostraba en aprender, en leer, en conversar sobre hacer chela... Parte de mi día a día se iba en informarme más acerca de cómo hacer cerveza (y ahora sí, buena cerveza). Descubrí los blogs y los podcast (siempre me pregunté quién escuchaba podcast en Spotify), que son todo un universo de conocimiento.


Pero eso no fue suficiente para poder hacer una buena cerveza (ojo que dije que estaba mejorando). Ahora me tocaba probar buenas cervezas, darme cuenta de qué sí era referente del estilo y qué no, fijarme en las fechas de vencimiento (no por miedo a que estén vencidas, si no por saber cuándo las pudieron haber embotellado, si estaban frescas o viejas). Tocaba probar, probar, probar y probar. Pero jamás me quejé de esta parte, salvo que haciendo cuentas, debo haber gastado más plata en probar chelas y estilos nuevos que en el equipamiento de mi homebrewing (cosas de la vida).


Unirme a BeerCode ayudó bastante a mi crecimiento ya que con Gonzalo hemos decidido hacer unas 3 cocciones al mes y también compartir gastos de ciertos equipos, insumos y demás que veamos necesarios. Y la práctica, los errores y buscar las soluciones, son la manera más eficiente de aprender a conciencia.


Hoy, a los 7 meses de mi primera cocción, puedo decir que el dinero no es la principal limitante para empezar a hacer cerveza. El limitante más grande es animarse a aprender algo nuevo, aprender a ser paciente (sí, la chela no está lista el mismo día) y animarse a cagarla (porque lo vas a hacer). Este mundo cervecero está lleno de gente amable dispuestos a enseñar y hasta a prestar equipos para que entres al hobbie. Así que “a calentar el agua” ….



38 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
Publicar: Blog2_Post
bottom of page